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Museo Casa de Ricardo Rojas - Instituto de Investigaciones

Herencia cultural, accesibilidad y salud mental. En espejo con la museología crítica

Por Paula Ortale, Coordinadora del Área de Museología y Comunidades

En el Museo Casa de Ricardo Rojas la accesibilidad goza de buena salud. 

¿Qué entendemos por accesibilidad?

En breves palabras es acondicionar un espacio físico y simbólico determinado, en nuestro caso el museo, con técnicas y/o funciones que tiendan a garantizar un uso autónomo, seguro y cómodo. Este acondicionamiento beneficia a todas las personas independientemente de sus grados de capacidades y discapacidades. Para la implementación de las pautas nos regimos por el Principio de Accesibilidad Universal. 

En el Manual de accesibilidad para museos publicado por Ibermuseos (2019/20) leemos esta definición con la cual coincidimos: 

Definimos la accesibilidad como el grado en el que un producto, dispositivo, servicio o entorno físico o virtual, se encuentra a disposición del mayor número de personas posible, independientemente de sus capacidades físicas, sensoriales o cognitivas. La accesibilidad hace que las actividades, experiencias y tareas sean más fáciles y cómodas para todas las personas. 

Complementariamente, la definición del Manual de accesibilidad Argentina de Ibermuseos (2022) nos dice: 

La protección del patrimonio, misión fundamental de los museos, no debería entrar en tensión con la puesta en práctica de políticas de accesibilidad, cuyo fin último es proveer a todas las personas de su derecho a acceder y participar. 

Un poco de historia

Desde el año 2015 nuestra institución está dando pequeños pero certeros pasos respecto a la accesibilidad. El Área de Museología y Comunidades propone y sostiene con mucho trabajo las condiciones de accesibilidad que ofrecemos a nuestros visitantes, así como en qué aspectos y cómo podemos mejorar. Entendemos que la función social del museo se delinea en torno a la ampliación del acceso a la cultura y a la integración. Consideramos que la misión del museo se logra cuando la herencia cultural (el patrimonio, el arte, la historia y la literatura) está al alcance de todos. Especialmente, porque somos una institución pública que resguarda, preserva y difunde el patrimonio público de toda la comunidad y por tanto, para toda la comunidad. 

Hace algunos años se asociaba el término accesibilidad al antiguo paradigma de la discapacidad, más precisamente al modelo médico centrado en la discapacidad motriz. Ese modelo derivó hacia un modelo social de la discapacidad que integra muchas más aristas, entendiendo la discapacidad como una condición en la cual todos somos diferentes. Este cambio de paradigma así como las investigaciones y trabajos experimentales de las áreas que reciben a grupos y colectivos en museos, especialmente a las áreas educativas, el concepto de accesibilidad social hoy es mucho más amplio. 

Foto: Talleres Protegidos de Rehabilitación en Salud Mental. 

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Desde el Área de Museología y Comunidades comenzamos tímidamente a contactarnos con instituciones y profesionales de diversas áreas de salud mental para iniciar este largo camino que ya lleva nueve años. 

Un primer paso fué invitarlos a conocer el museo y realizar visitas guiadas, haciendo la aclaración que más que visitas a nosotras nos gusta definirlas como recorridos conversados e intercambio de saberes. De a poco fuimos consolidando esos lazos afectivos y profesionales con las intituciones que confiaron en que este museo deseaba y podía ser un lugar accesible. 

¿El museo es sólo un espacio físico accesible o hay algo más?

Las barreras físicas se trataron de sortear de a poco con mayo o menor éxito, en cambio las barreras actitudinales sí logramos derribarlas. 

Fuimos visitados por el Hospital Interdisciplinario Psicoasistencial José Tiburcio Borda, por el Hospital Neuropsiquiátrico Braulio A. Moyano, por los Talleres Protegidos Mayma, Taller de Memoria del Centro de Salud Mental Nº 3 Dr. Arturo Ameghino, Hospital de Emergencias Psiquiátricas Alvear, Fundación Ineco. Realizamos visitas guiadas con intérprete LSA para la comunidad sorda y otras tantas instituciones que se acercaron al Museo Casa de Ricardo Rojas para ser parte de una experiencia enriquecedora en dónde el concepto de herencia cultural y patrimonio era percibido desde la propia realidad de cada uno de los usuarios usuarias del sistema de salud.   

Por nuestra parte, de todas las personas que nos fueron habitando recibimos un aprendizaje cotidiano inmenso, lo seguimos haciendo cada vez que compartimos cada encuentro. 

Creemos en el acceso a la cultura para todos, incluyendo a todas las comunidades y colectivos. Estamos inmersos en un territorio de diversidad cultural porque somos eso: materia orgánica que se mezcla y se une. 

La Salud Mental es comunitaria, es algo que todos debemos cuidar. Desde el arte, la creatividad, la lectura, la música y diversión, la charla íntima y la escucha atenta, sobre todo esto último: la escucha atenta. Estamos construyendo día a día (con aciertos y falencias pero con muchísimo amor y respeto) un vínculo sólido en donde deseamos que las diversidades encuentren un posible lugar de identidad y de apropiación: el Museo Casa de Ricardo Rojas. 

En una institución pública que busca ser abierta, accesible, democrática y humana, todas y cada una de las áreas que componen el equipo del museo trabajan para tal fin: el patrimonio documental se conoce y accede gracias a la labor del Archivo y la labor educativa. El patrimonio bibliográfico es presencia por el trabajo de la Biblioteca. desde el Àrea de Conservación se procura, y se logra, que el patrimonio material se encuentre en las mejores condiciones. Los circuitos administrativos respaldan estos intercambios, dándoles un marco normativo. Sin una dirección que promueva la horizontalidad y la jerarquización de todas las tareas nada de esto sería posible. El trabajo de mantenimiento y de las Áreas de Bienvenida colaboran a una estadía placentera y cómoda. Todo esto se conoce y difunde por la gran labor comunicacional del área que tiene a su cargo el primer eslabón de conexión con el público visitante que, como hemos dicho, preferimos denominar usuarios en virtud de su participación activa en el uso del espacio del museo. 

Consideramos que la difusión de la herencia cultural y el patrimonio, el arte y la historia colaboran en la construcción de sociedades más solidarias y ayudan a consolidar los sistemas democráticos y el intercambio de saberes. La unión entre el arte, la literatura, la historia y la salud mental propician, por lo menos por un ratito, personas con más amor, más respeto, más felices y con más risas, compartiendo y amando la vida. 

Por último y en espejo con la museología crítica estamos seguros que la participación activa de los usuarios y usuarias es fundamental y marca la diferencia. Este universo fantástico de museos y espacios culturales se construye sobre la base de conceptos de integración social, horizontalidad y multiplicidad de voces. 

Los lazos comunitarios que acontecen en el museo son un ida y vuelta entre agentes internos y externos. Son estos lazos comunitarios los que posibilitan re-pensarse como institución patrimonial. A su vez, pensarnos y sentirnos como equipos de personas que trabajan en organizaciones museísticas completa el círculo. En palabras de Liliana Bodoc: "El olvido es una casa vacía y absurda habitada por sombras que murmuran (...) La memoria es una casa donde cabemos todos."

Ojalá podamos construir con humildad esa memoria individual y colectiva en donde quepamos todos; y que sea en la integración y cuidado de la Salud Mental desde la perspectiva que nos toca: agentes culturales. 

Lic. Paula Cecilia Ortale

Responsable del Área de Museología y comunidades

Buenos Aires, 31 de enero de 2024

DOS EXPERIENCIAS REALIZADAS EN LOS TALLERES. 

Un museo que fue casa. Compartimos una experiencia hermosa con usuarios del taller de Memoria del Hospital Ameghino: en esa oportunidad contamos que el Museo Casa de Ricardo Rojas fue antes una casa, en la cual lo cotidiano de la vida privada se hacía presente y se vivía en intimidad. Luego, al declararse museo en el año 1958 esa vida privada e íntima se transformó en esta institución pública que hoy habitamos.  La invitación del taller era pensar qué de nuestas casas y de nuestras cosas (material o inmaterial) podía formar parte de nuestro propio museo, testigo de nuestro paso por el mundo, nuestra propia historia narrada a través de un objeto o alguna práctica. De alguna manera pudimos ver quién o quienes construyen el patrimonio. 

Siembra de sueños. En el Museo Casa de Ricardo Rojas tuvimos una hermosa huerta agroecológica y orgánica, realizada en conjutno con la Unión de Trabajadores de la Tierra, en donde las prioridades fueron poder transmitir la importancia de elegir nuestros alimentos, las tensiones sobre la propiedad de la tierra, la importancia de la soberanía alimentaria y lo nocivo de la utilización de los agrotóxicos que impacta negativamente en la salud de las personas. En sintonía con la huerta planteamos un taller en donde los usuarios del servicio de Salud Mental escribían sueños y deseos en papel plantable que habíamos realizado de manera artesanal en el museo. A esos papeles plantables les habíamos puesto diferentes semillas. Luego, en un acto comunitario, y con la consigna de dejarles a otros nuestros sueños y deseos, reforzando la circularidad del saber, plantábamos esos sueños para que pudieran crecer y dar fruto. Ese fruto real y simbólico que convierte a las personas en una red de amor.