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Museo Casa de Ricardo Rojas - Instituto de Investigaciones

De la Casa Museo al Hogar

Una serie de encuentros entre el equipo de Museología y Comunidades y un grupo de residentes y trabajadores del Hogar de Día José León Suárez

     El programa de personas mayores del Área de Museología y Comunidades del Museo Casa de Ricardo Rojas -que desarrollamos desde 2015- tiene la intención de tejer una red entre personas mayores, otras instituciones que desarrollan programas para personas mayores y nuestro museo. Nuestras principales motivaciones son garantizar el acceso al museo a todas las personas y promover tanto el envejecimiento activo como el derecho a las experiencias culturales y sociales

     Reconocemos que no es suficiente con enunciar que somos un museo nacional, abierto, público y gratuito para garantizar el acceso, ya que existen diversas barreras -económicas, culturales, sociales, geográficas, etc- que las personas deben atravesar para lograr sentirse parte del museo. Poco a poco, con trabajo de hormiga y con la ayuda de muchos aliados intentamos disolverlas.

     En esta oportunidad, nuestros aliados fueron residentes y trabajadores del Hogar de Día José León Suárez. Nos vinculamos mediante el contacto inicial del equipo de la Dirección Nacional de Museos, y fuimos diseñando 3 encuentros en conjunto que tuvieron lugar en el hogar. Como museo nacional nos preguntamos constantemente qué sucede con las personas que por diversos motivos no pueden acceder a nuestro espacio. Es nuestra responsabilidad cumplir el derecho a la cultura*
, y lo que nos motiva día a día a construir un museo más accesible. 

     Al momento de diseñar 3 encuentros personalizados para las y los residentes del hogar se nos presentaron varios desafíos ya que es un grupo muy heterogéneo. Algunas personas tienen deterioro cognitivo, otras baja visión o pérdida de la audición, y otras movilidad reducida. ¿Podemos lograr que todas/os se enganchen con las propuestas? La clave fue el diálogo constante con el equipo de profesionales del hogar. Al ser un grupo de caraterísticas tan variadas, las propuestas que desarrollamos fueron igualmente variadas. Nuestra metodología: fusionar los saberes de todas/os y trabajar desde la confianza en el otro.

     A lo largo de los encuentros proyectamos momentos tranquilos de charla y debate, otros más movidos y musicales gracias a Sebastián, otros de narración de leyendas,  otros para ensuciarnos las manos. También tuvimos momentos para escribir, para conectarnos con la naturaleza del entorno inmediato del hogar, para sembrar y transformar las semillas de nuestros pensamientos, deseos, broncas, ilusiones en alimento de la huerta que comenzó Gustavo y que cada día crece más. La pluralidad de propuestas nos permitió interpelar- en mayor o menor medida -a cada residente.

     Agradecemos a Myriam, Sebastián, Lorena, Gustavo, Cande, Betty, y a todas/os por abrirnos las puertas, por tenernos paciencia, por hacernos sentir como en casa, por estar con los brazos abiertos para trabajar con nosotras y por la riquísima torta de no-despedida. Nos fuimos con la promesa de volver a encontrarnos pronto. Esto recién empieza...

¡Hasta la próxima!

*Artículo 21 de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores