Curso a cargo de la Dra. Jimena Néspolo
La presente propuesta plantea analizar el proyecto artístico de Alejandra Pizarnik (1936-1972) como un complejo poliedro que articula vida y escritura recorriendo distintas pasiones igualmente singulares: la amistad, los viajes, las artes plásticas, la música, el amor, la poesía. Lejos de las metáforas fosilizadas con que se suele recordar su producción y que merodean la infancia y la transgresión alrededor del mito de la poesía romántica se intentará abordar su obra en el contexto cultural, histórico y de género, proyectando su legado en el presente literario hispanoamericano.
Se propone el siguiente plan de clases organizado en cuatro encuentros de dos horas cada uno:
1° Encuentro: Alejandra Pizarnik, proyecto de poeta.
Una poderosa voz, enamorada de la palabra y de la poesía, emerge desde las primeras entradas de su Diario. Se analizarán esas reflexiones en que la poeta es aún mero proyecto, textos de apenas veinte años, pero también escritos referentes a su etapa madura, a fin de observar el modo en que vida y literatura se confabulan en su entorno y rasgan su escritura. Lectura: Selección de entradas de sus Diarios (ed. definitiva de Ana Becciu, Lumen, 2013).
2° Encuentro: Las figuras de Alejandra.
Se analizarán los recursos, imágenes y tropos desplegados en sus poemas, y el abanico de temas recurrentes que los puntean. Toda la poesía escrita por mujeres de las últimas décadas, e incluso la narrativa de César Aira, ha querido apresar la singularidad del “estilo Alejandra”. Así, en uno de sus ensayos María Negroni dice que su “política del deseo desemboca fatalmente en una ética del desastre”: alguien canta, luego transgrede, luego acentúa el caos, da rienda suelta a la “desmesura irremediabelmente dichosa” que se abre entre la infancia y la noche y fracasa. “Lo obsceno desgarra el discurso melancólico (se torna herida) y produce un holocausto cultural que acaba en un opus nigrum, un carnaval de muecas donde se escucha, al fondo, la musiquita cacofónica de la desventura”. Lectura: Selección de poemas de su Poesía completa (Lumen, 2015).
3° Encuentro: Viajes, citas y pasiones estéticas.
Se recorrerán distintos materiales producidos por la poeta, para analizar cómo su escritura
se deja permear por la pasión por el dibujo, la pintura, la música y los viajes. Si bien la formación de Alejandra Pizarnik fue eminentemente literaria (ingresa en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires en 1954), también tomó clases con el pintor Juan Batlle Planas, y variados testimonios de amigos refieren su gusto por el canto (blues, ópera) que había mamado de su padre, un inmigrante judío de origen ruso y eslovaco que se dedicó al comercio de la joyería y transmitió a su hija su amor por la música. “Hubiera preferido cantar blues en cualquier sitio lleno de humo en vez de pasarme las noches de mi vida escarbando en el lenguaje como una loca” –escribía en su Diario en 1960. Materiales: Se ofrecerá material audiovisual, referente a dedicatorias y cartas, así como también imágenes de El cuaderno verde (cuaderno artesanal, inédito, que combina la recolección erudita de textos absolutamente dispares recogidos durante su viaje a Europa y la reflexión conjunta sobre plurales manifestaciones artísticas).
4° Encuentro: La literatura y la amistad según Alejandra Pizarnik.
Se explorará su correspondencia y el pasional modo de relacionarse con sus amigos a partir de textos literarios. Por ejemplo, el período en que Alejandra vivió en París: entre 1960 y 1964. Años en que entablaba amistad con Julio Cortázar, Arnaldo Calveyra y Octavio Paz – quien sería el prologuista de su poemario Árbol de Diana (1962)–, trabaja para algunas revistas y editoriales francesas y traduce la poesía de Antonin Artaud, Henri Michaux, Yves Bonnefoy y Aimé Césaire. Ivonne Bordelois, amiga íntima durante ese período, reconstruye esos lazos a partir de su correspondencia.
Lectura: Selección de cartas de su Correspondencia Pizarnik (ed. Ivonne Bordelois, Planeta, 1998).