Los pueblos indígenas de los Andes la llamaban Madre Naturaleza, Pachamama.
Madre como dadora de vida, de dones, de agradecimiento.
Madre/padre agregaríamos nosotros/as... ya que la vida y su honra están en cada corazón que ama y cuida, están en el equilibio sabio de todos y cada uno de los seres y elementos que formamos parte de la naturaleza.
Parte de un todo...eso somos.
En este contexto en donde la vida se ve amenazada, donde la fragilidad y vulnerabilidad acechan al costado del camino, concentremos nuestras emociones y saberes en ver qué podemos ofrendarle a la madre/padre tierra para que la vida haga su curso natural y divino, al son de las leyes de la naturaleza.
Que la reciprocidad –bien cultural inmaterial y simbólico– pero que se traduce en actos sea la constante para que logremos, por fin, esa armonía con la tierra y con todo lo que ella cobija.
En el marco del proyecto Voces de la casa, nos sumamos a esta celebración durante todo el mes de agosto, hoy mas que nunca, compartiendo en nuestras redes sociales las actividades y deseando que se sumen a ellas.
