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Museo Casa de Ricardo Rojas - Instituto de Investigaciones

Mataquito, un viaje hacia la infancia

Por Silvina Rovito, educadora del Museo Casa de Ricardo Rojas.

Acercándonos a la culminación de este año, queremos agradecer y compartir nuestras reflexiones sobre ste maravilloso "viaje hacia las infacnias". 

Bitácora de viaje

Numerosas y variadas fueron las acciones y los proyectos desarrollados durante 2023 desde el equipo del museo junto a colegas, públicos y comunidades. Se trabajó con una dinámica interdisciplinaria, compartiendo e intercambiando saberes siempre con la misión de activar una identidad comunitaria y con el deseo de ser un museo de puertas abiertas, donde los visitantes se apropien de la que fue la casa de Ricardo Rojas y su esposa Julieta Quinteros.

Otro rasgo de nuestra tarea es la atención a los cuidados, ya sea del espacio patrimonial, de los visitantes como de nosotros mismos.Es por eso que este año decidimos enfocar una parte de la programación en los aspectos más personales y sensibles de la vida y obra de Ricardo Rojas. Trabajamos a partir de un texto inédito, de carácter autobiográfico, conocido como El Mataquito, donde realizó un ejercicio de rememoración de su infancia y juventud desarrollando aspectos lúdicos como sus influencias culturales e intelectuales. 

¿Qué es El Mataquito?

Es un viaje hacia la infancia. Una exposición participativa que recupera relatos, ilustraciones, juegos y juguetes ligados a la niñez de Rojas.

El Mataquito, un viaje hacia la infancia exhibe material de las colecciones de Archivo y Biblioteca puesto en relación con un espacio lúdico. El núcleo expositivo está inspirado en dos libros de Rojas. Uno de ellos es el mencionado El Mataquito, el otro son dos relatos de El país de la selva ilustrado por Ramón Gramajo Gutiérrez y cuya publicación estuvo acompañada de una versión de libro-sonoro. Por primera vez se expusieron audios originales resguardados en el Archivo de esta edición en libro-sonoro de cuentos de El país de la selva leídos por Rojas. El núcleo expositivo se complementa con un espacio lúdico ubicado en el Patio de los Naranjos que invita a grandes y chicos a la exploración de juegos y juguetes tradicionales. 

¿Quiénes hicimos El Mataquito?

El diseño, montaje y difusión de esta exhibición fue realizado con la participación de todas las áreas que conforman el equipo de trabajadores del museo. Coordinada desde Museología y Comunidades y la dirección del museo, trabajamos en conjunto con Archivo, Biblioteca, Conservación y Técnica así como pasantes del Programa Prácticas y el área de Comunicación.  

El objetivo del proyecto fue abordar un aspecto de la biografía de Ricardo Rojas escasamente trabajado hasta el momento e introducirnos en aspectos cotidianos de su niñez, siendo este el motivo para invitar a infancias y familias a "transformar lúdicamente el museo en el patio de su casa". Durante el período de investigación trabajamos con el área de Archivo Documental. Junto a Nicolás Di Yorio y Soledad Zapiola realizamos la edición de los relatos del libro El Mataquito, la corrección de la "línea de tiempo móvil" (dispositivo interactivo que invita a aprender jugando con los datos biográficos de Ricardo y Julieta), remasterización de archivos de audio con grabaciones de Rojas recitando sus cuentos y una readaptación de la leyenda del "Kakuy".   

Este trabajo interdisciplinario conlleva una activación lúdica del patrimonio: 

El trabajo en equipo enriquece cuando cada uno aporta su expertise. Esta intervención también conlleva un énfasis en la presencia de las voces femeninas en el guión museográfico dando cuenta de la presencia y habitabilidad de Julieta en la que supo ser su casa, comenta Soledad Zapiola.

En este sentido la propuesta continúa con una línea de trabajo comenzada hace algunos años que pone de relieve la presencia de Julieta Quinteros. Como antecedentes podemos mencionar la guía de recorrido accesible donde es el personaje de Julieta quien guía al visitante por los distintos espacios de la casa así como investigaciones que recuperan su rol destacado en el entorno familiar y cultural. 

Por su parte, Nicolás Di Yorio, destacó que la posibilidad de encontrarse con el juego y de rememorar la infancia de Rojas es parte de rememorar la propia infancia. Focalizar los aspectos más cotidianos y sensibles de Rojas lo vuelve cercano, accesible en tanto parte de la construcción de la identidad. 

El trabajo del área de Conservación vehiculizó la puesta en valor de patrimonio literario llevando adelante la curaduría e intervención de los objetos, además del montaje. Desde esta área Patricia Calderón comenta: "hacer accesibles a la comunidad estos tesoros posibilita que la historia cobre vida y se convierta en una experiencia enriquecedora creando espacios de aprendizajes, inspiración y reflexión donde el pasado dialoga con el presente y trasciende hacia el futuro."

El Área de Biblioteca realizó también un valioso aporte bibliográfico con los ejemplares de El país de la selva. Dado que se trata de un museo histórico-literario y uno de los oficios consagrados de Ricardo fue el de escritor, el rol de la biblioteca en el museo es fundamental. Nuestra bibliotecaria, Bettina D' Alessadro, afirma que

La biblioteca no es solo un lugar de gestión de una colección o un espacio de acceso a la información sino también y sobre todo, un lugar de encuentro, de conversación, de creación de lazos comunitarios. En un museo público como este, es una puerta de entrada fundamental para pensarnos como ciudadanos y desde nuestra identidad cultural.

Y muy especialmente, como menciona Fernando García, otro de los integrantes del área de biblioteca, "el museo, con los niños y niñas cobra vida, activa nuevos sentidos patrimoniales volviendo al patrimonio parte de la gente". Por su parte, las integrantes del programa Prácticas 2023 Guadalupe Craparo y Violeta Bulacio también cumplieron un destacado rol a la hora de recibir a los visitantes con amorosidad y aportan sus reflexiones sobre el proceso y las dinámicas de trabajo durante todo el año:

El aprendizaje  en este proyecto no fue solo cultural sino humano. El intercambio con la gente, sus experiencias y todo el amor que nos dieron fue hermoso y nos dio el pie para sentirnos parte de algo tan complejo como es un museo y, a la vez, darnos cuenta de que lo que hay detrás es un equipo de trabajo que comparte su pasión por lo que hace día a día. Creemos que la magia de la casa no está solamente en lo físico sino en la forma en que cada trabajador del museo elige habitarla y nutrirla.

Por último, la comunicación que participó del proyecto desde su concepción, fue fundamental para el alcance y viralización de la actividad en redes sociales así como para la convocatoria de público infantil y familiar. Graciela Pierangeli, responsable del área expresó que el desarrollo de estrategias comunicacionales interáreas y el trabajo específico con el área de infancias fue muy beneficioso para la campaña de comunicación y difusión de la actividad.   

Los públicos toman la casa. Ellos también hicieron El Mataquito

Este es un museo pero también es una casa y una casa muy particular. Se trata de una casa vivida, comenta Paula Ortale museóloga de esta institución quien  continúa:

El museo cumple una función social que en este museo en particular está dada por su condición de haber sido un hogar en el pasado. Esta particularidad le imprime un carácter íntimo, de cobijo, calidez y de fortalecimiento de lazos interpersonales y comunitarios. Además esta función social está alineada a la misión del museo que es un museo histórico-literario y por lo tanto la circulación de la palabra adquiere gran relevancia. 

Desde la perspectiva teórica de la Museología Crítica o Museología social, el trabajo constante con las diversas comunidades desde todas las áreas es fundamental y primordial en los museos. Concebimos el museo como un lugar de intercambio cultural, artístico, plural y diverso y esta perspectiva es lo que da consistencia  a nuestros proyectos y actividades. Como mencionamos al inicio de este artículo, este fin de año, en el momento de las reflexiones y evaluaciones elegimos la exposición El Mataquito como caso sobre el que reflexionar y en el cual confluyen intereses y líneas de trabajo interáreas y con la comunidad. En palabras de Silvina Rovito, educadora y coordinadora del proyecto:

Guiados por el deseo de que el museo sea habitado por las infancias, concebimos esta exposición como una invitación que partiendo de actividades lúdicas en las que la expresión y creatividad cobraran protagonismo y se conviertieran en la puerta a la exploración del patrimonio" y considera que esto sucedió de manera profunda y significativa ya que los niños y niñas completaron la obra con su participación, conviertiendo el patio del museo en el patio de su casa  y por sobre todas las cosas conviertieron a Rojas en "personaje de cuento, el dieron vida logrando reconocerlo como un personaje histórico.

Para cerrar estas reflexiones nos resta mencionar la labor constante y cotidiana realizada desde la gestión administrativa y desde la dirección del museo que hacen que los proyectos conjuntos y el trabajo de los equipos sea posible a través de su acompañamiento, escucha y guía.  

Mataquito, un viaje hacia la infancia así como las reflexiones que de ellas surgieron fueron realizadas de manera interáreas y con la participación de los agentes: 

Dirección: María Laura Mendoza; Archivo: Nicolas Di Yorio y Soledad Zapiola; Biblioteca: Bettina D'Alessandro, Fernando García, María Beatriz Pereira y Roxana Montes; Bienes culturales/conservación: Patricia Calderón y Daniela Díaz Larrosa; Técnica: Denise Cruz Gallo y Diego Salto; Museología y comunidades: Paula Ortale y Silvina Rovito; Comunicación:Graciela Pierangeli; Administración: María Eugenia Romero y Lucía Lori; Atención al público: Juan Delgado, Martín Lopez Ghetti; Pasantes Programa Prácticas: Guadalupe Craparo y Violeta Bulacio 

¡Brindamos por un 2024 trabajando por el bien común!